lunes, 11 de julio de 2011

Inconsciente

Por quererla quien la quería, la llamaban la malquerida

Sola...Se sentía realmente sola, esperaba noche tras noche, nunca reprochó nada, ni lo más mínimo, ni una sola de aquellas cosas que la iban deshaciendo por dentro. Sólo, a veces, le preguntaba que si la quería...aunque nunca hubo respuesta.
Él, dormía con otras, él, jamás quiso querer a nadie, nunca supo qué significaba amar, nunca supo qué era sentir ese cariño, esa ternura que a veces invade por dentro y nos vuelve mejores personas.
Ella, ciega, feliz en la más absoluta ignorancia, fingida, porque no era tonta, prefería vivir desdichada y confusa, sin saber que merecía algo mejor. supongo que era el miedo que le producía aquel amor insano el que la impedía actuar con sensatez.
Pasó el tiempo, jamás cambió nada, toda una vida juntos, a ratos, se veían a la hora de comer, a la hora de la cena y algún que otro rato suelto más.
Ella, solitaria, gris, con aquella simulada mueca con forma de sonrisa. Ella, en casa, sin nada, ni nadie.
Ella que jamás tuvo la oportunidad de ser feliz, que jamás pudo reír de verdad, que jamás pudo ir a cenar a un sitio caro con su pareja, que jamás hizo el amor toda la noche, que jamás dio la mano por la calle moviéndola de atrás hacia adelante, contenta, que jamás se fue, sin motivos porque sí, lejos, a disfrutar de su amor, ella, que ni si quiera supo quererse a si misma. Ella, pobre inconsciente.
Se le pasó la vida limpiando el salón.

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