viernes, 12 de agosto de 2011

Ya esta bien ¿no?

Se supone que hoy tenía que escribir un post. Debía ser acerca del increíble menú que el papa degustará, pero creo, que escribir sobre este asunto sabiendo cómo están las cosas en el resto del mundo es egoísta. No creo que ese anciano merezca gominolas de cerveza que por lo visto son muy típicas en España, ni creo que deban restregarnos por la cara los suculentos platos que comerá este señor que no creo que haya hecho nada para que tantísimas personas vengan a adorarlo. Es algo confuso, es parecido a lo que ocurre con la monarquía; este tema sí que me parece gracioso, supongo que no hay mucho que explicar sobre la monarquía, sí, son majísimos porque si te ven te dan la mano y sonríen, incluso si eres periodista puede que te pregunten que qué tal estas, y ya, jope, son geniales todos, pero eso sí, viven de los impuestos que pagamos nosotros, aunque eso no nos sienta mal porque claro, es que su trabajo es súper duro, tienen que inaugurar eventos, ir a los funerales de los soldados y pasar un día duro (que de ese tema hablaré otro día, del de los militares digo...) y mandan a la mierda a otros politicos con faltas de respeto y todos aplaudimos y nos reimos AHHH!!! ¡¡Y el rey tiene que dar su discurso de navidaad!!¡¡Qué sería de nosotros sin ese discurso!!, qué absurdo todo.
Pues con el papa me entra como una indigestión al pensar que en el mundo haya gente que se sienta identificada con este tipo, de verdad, no lo comprendo.
Sabiendo cómo estan las cosas, sabiendo que la gente se queda en la calle sin empleo, sabiendo la explotación infantil que existe en el mundo, sabiendo que miles de personas mueren diariamente por inanición, sabiendo que las mujeres maltratadas siguen sufriendo diariamente y los hijos... y sus padres..., todas esas personas que están sufriendo, personas que tienen derecho a comer, a vivir tranquilas, a ser felices, a tener una media lógica de preocupaciones y no tener que pensar si podrán comer mañana, o si seguirán viviendo... mira, casi prefiero parar de nombrar estas situaciones, pero, de verdad puede haber gente que quiera ir a ver AL PAPA?????? Está claro que es muy fácil cerrar los ojos, y abrirlos para ver al papa, a los reyes, a los cantantes de operación triunfo y a los de fama o para criticar y criticar a los políticos, pero ¿QUIÉN HACE ALGO? alguien siente un poco de compasión por el resto del mundo? ¿Alguien se preocupa porque el mundo se va a la mierda? ¿Alguien? es frustrante, yo desde luego estoy frustrada, pues nada, admiradores de lo absurdo, aquí los cuerdos agradecemos muy irónicamente vuestro comportamiento. Ahora preguntarle al papa si os invita a comer, a ver si os da una gominola de cerveza o una cucharada de salmorejo o si os deja probar uno de los tropecientos vinos que va a tomar, porque son bastantes eh.
Ale, a vivir del cuento personajes conocidos en el mundo, que mientras tanto todos los que sufren están ahí, bien tapaditos, así, a gustito, a que sí?
Qué asco.

lunes, 1 de agosto de 2011

Canaletto de Leganés, emperador ''italiano'' o cómo no tratar a una clienta.


Hoy lunes 1 de agosto, he ido a comer por ahí.
Tras una larga discusión acerca de el lugar al que ir, hemos decidido ir al Canaletto, un restaurante de Leganés supuestamente italiano.
Sabíamos que no era un lugar con mucha calidad, pero para un lunes  podía valer.
Pedimos el menú, de primero un risotto , más o menos insípido pero que se podía tragar.
Lo mejor ha sido el segundo plato. Tonta de mí, o temeraria, por atreverme a pedir emperador un lunes, un emperador con langostinos (DOS), la presentación no estaba mal, pero al cortar, el color ya no era el que debía tener un emperador, era así como rosado y con grumos, tras buscar una explicación a este suceso decido probarlo, su sabor amargo, desagradable y su textura parecida a la de las huevas de salmón me hacen devolver discretamente el pescado a mi servilleta.
Tras unos diez minutos esperando a que me atendieran, se acerca una camarera a la cual le digo que ese pescado es imposible de tragar, ella me dice que no hay nadie que se haya quejado en todos los menús, me extraña.
Se acerca un hombre que por su vestimenta parece ser el jefe, me dice que ese pescado esta bueno, que si no me gusta, vale, pero que no diga que está malo; yo, que me siento incomprendida le digo que por favor lo pruebe, él me dice que lo ha probado, que es lo que ha comido hoy ( a las dos de la tarde ya había comido el dueño del restaurante?…) y que está fresquísimo. Yo le digo educadamente que le comprendo, que es difícil que un pescado aguante hasta el lunes, que yo trabajo también en una cocina y sé cómo va el asunto y él muy indignado me responde que lleva cincuenta años en la profesión y que el problema será de mi pescadero (¿??????), yo le comento, que al ser ayer domingo es complicado que haya podido hacer un pedido de pescado pero él me dice que no, aunque no me deja claro en ningún momento que el pescado haya sido pedido hoy lunes.
Después de esta absurda discusión y sin haber escuchado ni unas simples disculpas, el señor se retira con mucha “dignidad”.
Casualmente llega una familia, se sienta en la mesa contigua, pide menú y la mujer decide pedir emperador, la cara del jefe es un poema, dice entre dientes ‘’emperador no me queda.’’, muy bajito para que no podamos escucharlo, pero no lo consigue, no podemos retener la risa.
¿Qué le costaba pedir perdón, ser un poco lógico y dejar el orgullo para otro momento?
Porque yo no pienso volver.