sábado, 26 de marzo de 2011

Encaminarse

A paso de tortuga, de una tortuga gigante y coja, la más lenta que puedas imaginar.
Despacio, casi inmóviles, a una velocidad incluso más pausada que la aguja que marca los minutos en mi reloj, avanza tan lentamente, que casi no da tiempo a ver cuándo se ha movido.
Como lo infinitamente lento que pasa el tiempo cuando te aburres.
Tan despacio que a veces llegue a asustar, pero dándonos cuenta de que tan despacio no podemos estrellarnos.
Tan despacio como si fuéramos caminando por un alambre finísimo o al borde de un precipicio enorme, como si tuviéramos que andar por encima de miles de hojas secas sin que se nos pudiera oír, como si estuviéramos entre arenas movedizas, como si sólo nos quedara el último bocado de nuestra ultima comida, como si después de eso ya no hubiera nada mas, nunca.
Lentamente, muy lentamente, muy tranquilamente. Total, tengo toda la vida, tienes toda tu vida, tenemos tiempo de sobra.
Tiempo para abrirnos, para descubrirnos por dentro, para investigarnos, para analizarnos a la perfección, cada rincón, cada mínima parte de nosotros.

2 comentarios:

  1. q gozada de post!!! y sobre todo cuando va dirigido a miiiiiiiii........

    ResponderEliminar
  2. Yupiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, ahora despacio a las prácticas!!!!!

    ResponderEliminar