viernes, 4 de febrero de 2011

Sueños de invierno

Encerrada, muerta de frío, incapaz de moverme, incapaz de por lo menos encontrar una postura cómoda.
Era tarde, las horas pasaban, las veía todas en mi reloj.
Agobio, soledad, tristeza, esa sensación desoladora podía con mi calma.
Mi cama se transformó poco a poco en un bosque, podía escuchar las hojas caer, chocar unas con otras, podía sentir el viento en mi cara, incluso podía notar las frías gotas de agua golpeando mi cuerpo.
Temblaba, temblaba y no sé bien cuál era el motivo, me sentía atada, era imposible salir de aquel lugar.
Mareada, llegó un momento en el que todo empezó a dar vueltas, era frustrante, era una sensación desagradable, las cosas no paraban de moverse y yo con ellas, flotaba, me movía, subía hasta arriba y bajaba de golpe.
Gritaba, nadie me oía, buscaba mil formas de escapar, creo que incluso intenté volverme invisible, aunque dio igual, no había nadie, nadie podía verme, nadie podía ayudarme.
Las horas seguían pasando, cada vez llovía mas fuerte, muchísimo mas fuerte, llegaba a doler, el frío era insoportable.
Seguía sola, todo desapareció, me dí cuenta de que estaba en mi cama, ya no hacía tanto frío, pero seguía inmóvil, enredada en las sábanas, ahora había un ruido insoportable y alguien a mi lado, juraría que era una persona pero no pude verlo, simplemente lo sentía, sentía su respiración, creo que era pánico lo que sentía, eso era lo que hacía que fuera incapaz de moverme, estaba allí.
Pasaba el tiempo, nunca imaginé que una noche pudiera ser tan larga, el ruido insoportable insistía, no se cansaba de darme pequeños sustos cada treinta segundos, no cesaba, no paraba, no me dejaba relajarme.
De repente, un ruido muchísimo peor, mi despertador. Espero que el día de hoy sea capaz de compensar esta extraña noche, realmente no se si un sueño puede ser tan real, tengo barro entre las uñas.

1 comentario: