sábado, 5 de febrero de 2011

Desesperada

Cuantas promesas, cuantísimos planes, cuantos sentimientos confusos, cuantos recuerdos, tantísimos pensamientos, preciosas palabras, increíbles miradas, el tacto, ese olor, una historia incomprensible, inolvidable, recordar, intentar recordar hasta el mas mínimo detalle, sacarlo todo, sacarlo y tirarlo, empezar una aventura interminable, instinto, sí.
No necesito porqués, no necesito juguetes, no necesito bondades, ni suerte no necesito dinero no necesito a nadie.
Solamente yo y mis recuerdos, mis miles de vidas, mis miles de momentos, mis instantes, mis mundos.
Descanso, me tumbo y pienso, en qué momento me hice como soy, cambié mi cara, mi manera de pensar, en qué segundo me hice tan desconfiada, en qué momento empecé a sentir esas nuevas ilusiones, en que momento fui y desaparecí, en qué momento perdí el respeto, en qué momento decidí obviar tantas cosas...
Cuándo me aleje de aquella luna, de aquellas tonterías que tanto me gustaban, cuando fue la ultima vez que reí con tantísimas ganas, en que momento imaginaba una jungla en mi habitación, en qué momentos comprendí los castigos y callé, mis pucheros y mi manera de esconder el culo para evitar azotes.
Quiero pensar que todavía quedan ilusiones, quiero creer en algo nuevo, necesito ese algo que me haga creer, que me haga darlo todo, que me haga emocionarme, que me haga llorar, pero de alegría, de esa alegría incontrolable, esa alegría que hace olvidarlo todo, esa alegría que queda marcada y al acabar deja un vacío imposible de llenar, pero tan, tan, tan...
Etapas, momentos, desde una base y creándome, rehaciendo mi vida en cada despertar.
Me dan ganas de revolucionarme, me dan ganas de gritar, de volverme loca, de despeinarme, cardarme el pelo subirme en mi cama y chillar, sacarlo todo, disparar palabras, sentimientos llenarme poco a poco de ganas de más.
Mis sueños son mentiras que algún día dejarán de serlo. Dulce, muy dulce y va enserio, me relaja escribir locuras.

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