Llevaba prisa, bastante prisa, siempre voy con la hora justa.
Y justamente cuando voy a abrir la puerta, PUM! golpe de rebeldía, Greta sale disparada hacia fuera, no sé que le ha pasado, sólo se que ha corrido como nunca, ha bajado hasta la segunda puerta de mi portal, mientras yo corría detrás, no podía creerlo.
Cuando he llegado donde estaba ella, se ha puesto boca arriba, como hace siempre para dar pena y que no pueda regañarla.
Después de recogerla de aquella chistosa postura, he subido corriendo las escaleras y SORPRESA, no tengo llaves, las busco, desesperadamente, no están, no están, no están!!!!! Llamo a mi madre, que se enfada bastante al contarle lo ocurrido, yo no podía mas.
Me fantástica perra, no se conforma sólo con haberse escapado una vez, tenía que hacerlo dos, asique ella misma decide, en el mismo segundo en el que la bajo al suelo para seguir buscando mis llaves desaparecidas, salir corriendo, pero esta vez le apetecía investigar nuevas zonas, así que ha subido hasta el tercer piso, yo vivo en un primero, asique ooooooooootra vez escalera arriba, envuelta en mil capas de ropa, con una mochila que pesa como veinte kilos, viendo cómo pasaba el tiempo y dandome cuenta de mi baja forma.
Mi madre no llegaba, y yo ya si que no llegaba, bueno, supongo que estas cosas es mejor tomárselas a risa, pero no quiero imaginar cómo será mi hora de ir a clase de mañana.
Al llegar a casa, decidí que esta perra necesita un buen curso de comportamiento, es alucinante ver cómo responde a todo lo que le digo, ahora pienso que sólo pedía un poquito más de atención, si es que no se puede ser más lista.
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