Una noche, cervezas, pizzas, vino tinto, tabaco, música, boxeo en la televisión, y seis personas, tan sólo seis personas.
Esa fue mi noche del viernes, una noche, que puede parecer simple, pero que hacía muchisimo tiempo que necesitaba, mis amigos.
A veces olvido lo importantes que son, a veces olvido, que siempre aparecen cuando se les necesita, a veces no me doy cuenta de lo increíbles que son.
Anoche, me hacía falta su presencia, anoche, les necesitaba seguramente más que nunca y ellos supieron a la perfección como hacerme sentir arropada.
Todos pusieron de su parte, todos hicieron el tonto pero en su justa medida, todos me dieron cariño, cariño del de verdad, y yo, no podía estar más feliz.
Sin duda, son ellos los que hacen que todo sea un poquito más fácil.
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