Algunas veces sientes un vacío dentro.
A veces, no sabes cuál es el motivo de ese vacío, pero sabes que está ahí.
Pero sólo algunas veces, ese vacío se hace pequeño, tan pequeño que está cerca de desaparecer.
Sí, a veces tan sólo una personita, sin darse cuenta es capaz de conseguir lo imposible, de conseguir que olvides cualquier sensación incómoda, cualquier problema.
Algunas veces es mejor olvidarlo todo, y sonreír.
Y...algunas veces, ese vacío se inunda de colores, de sensaciones, de manos que acarician otra mano, de aire fresco en la cara, de colores de un amanecer, del sabor de un helado o del sonido de instrumentos de cuerda...Y sonríes.
ResponderEliminarY el vacío no existe porque desde dentro rebosan cosas maravillosas.
Enhorabuena por tu blog, por tu empezar.
Gracias a ti María, por aparecer.
ResponderEliminarNo siempre es fácil percibir esas cosas por eso hay que andar con todos los sentidos dispuestos, porque siempre hay algo lo suficientemente importante para llenar ese vacío. Enhorabuena, te echo el lazo. Besos.
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