De lo que no se despierta

Despierto. No tengo ganas de subir la persiana, no tengo ganas de levantarme de la cama, he tenido sueños cansados. He despertado justo cuando no quería despertar. Estaba envuelta en un lugar precioso, en un lugar seguro.. Era pequeña, tan pequeña como me gustaría ser y todo estaba bien, por lo menos para mí. No sentía preocupación por nada, no había pensamientos profundos, no había mas que juegos y descubrimientos.
No recuerdo cual fue el día, el instante en el que sentí aquel primer nudo.. aquel momento en el que descubrí que no todo era tan sencillo... tampoco recuerdo cuál fue mi primera decisión, ni cuál fue mi primera decepción. Sueño continuamente con momentos felices, con sensaciones inexplicables..soy yo quien lo controla todo.
Me encanta ese instante en el que abro los ojos y no pienso en nada, esos cuatro segundos en los que no se dónde estoy.
Pretendo que cada día sea diferente, recuerdo cada segundo para no olvidar.

Despierto, me levanto, me visto y me miro en el espejo. No tengo buena cara, lo se. Pero ¿sabes? No me importa, porque hoy me siento bien, me siento segura, feliz, llena.