Siempre has estado conmigo, siempre desde que tengo memoria, nos hemos pegado, nos hemos querido, nos hemos hecho bromas que sólo entendíamos nosotros, nos hemos echado las culpas, nos hemos reído de las broncas de mamá, nos hemos tirado días sin hablarnos, hemos hecho absolutamente todo lo que hacen los hermanos.
Yo no sabía, que iba a llegar el momento en el que te harías adulto, sí, has sido siempre el mayor, el que nunca estaba en casa, el que venía a buscarme al cole, el que me enseñaba cómo esconder las trastadas, al que siempre le caían las culpas, en fin, eras tú.
Y ahora, te has hecho mayor, has sentado la cabeza, creí que jamás lo conseguirías, creí que siempre serías ese cabra loca.
Ahora echo de menos esas mañanas de verano, en las que nos despertábamos a las mil y nos tirábamos las horas muertas viendo la tele, bebiendo colacao, y comiendo todo lo que pillábamos por la cocina, mamá nos mandaba mil cosas y siempre las hacíamos en el último momento, jugábamos en el sofá a ver quién tenía más fuerza en las piernas, ¿Recuerdas?, aunque siempre acabábamos pegándonos y tú ganabas.
Recuerdo las comidas en casa de la abuela, los cangrejos de río con tomate, las alucinantes cantidades de chuletas que hacía, las nueces con miel, su casa llena de fotos nuestras, esa mesa que se tambaleaba pero que a ella le encantaba, recuerdo sus bolitas de anís, y sus kider buenos, recuerdo el sonido de las pelotas de plástico al rebotar en su terraza...
Recuerdo los caminos a la escuela de música, nuestras conversaciones, el atajo que cogíamos saltando por ese hueco del puente de valdepelayo, bajando la cuestecita de arena, para llegar a casa.
Recuerdo los días en el chalet de los abuelos, las aguadillas, las barbacoas, las partidas de chin chón, nuestras camas, Sara, la vecina de toda la vida, jijiji en fin, recuerdos.
También recuerdo nuestros viajes, a Finlandia, a Escocia, a Egipto, hemos recorrido medio mundo juntos, hemos tirado pelotas de ping pong al nilo, no todo el mundo puede contar algo así eh? Hemos visitado la verdadera casa de Papa Noel, hemos sobrevivido a una terrorífica noche en un castillo encantado y es más, sobrevivímos a esos macarrones de lata... jajaja
Ahora, todo ha cambiado, así me has dejado, te has ido a vivir por tu cuenta, a empezar tu propia vida.
No tardes mucho en darme un sobrinito anda porfa.
Te quiero, aunque hayas sido inaguantable todos estos años.. !
Lo he leido y, ciertamente identificada, parece triste, aun no nos hemos separado, pero yo soy la mayor y lo haré pronto..
ResponderEliminar