Me paso la vida complicándomela.
Me paso las horas pensando en qué pasa, qué pasó y qué pasara. Las horas se hacen días, los días, días fríos y en medio de todo ese frío estoy yo.
Es sencillo aconsejar, es fácil decir cómo se deben hacer las cosas, de qué manera debemos reaccionar a cada sensación.
Soy incapaz de ser sincera conmigo misma y eso me frustra. Me siento rara y muchas veces no se si lo que siento lo siento de verdad o simplemente quiero creerlo.
No sé qué pasara, pero sé que me hace daño. No sé si debo, no sé si está bien, no sé nada. Siempre me creí muy lista sabes? Siempre creí saberlo todo, tenía respuestas para todo, siempre pensé que era tan madura...
Y ahora, con lo más sencillo, dejo de serlo. Me meto en mi mundo de canciones tristes que me hacen llorar y veo pasar el tiempo.
No quiero ser así, sé que no me gusta ser así, sé que no quiero sentirme así y a pesar de eso, continúo con mi dramática historia.
Llevaba un tiempo, poco tiempo, creyendo haber encontrado ese equilibrio, creyendo que esta vez sabría a la perfección cómo ser feliz y ahora me doy cuenta de que es imposible aprender a serlo, simplemente ocurre, sí aparece la suerte sin avisar, aparecen los buenos momentos, las satisfacciones, las nuevas ilusiones y sencillamente un día te das cuenta de que ese nudo en el estómago ha desaparecido y de que esas cosas que ocupaban tanto en mi vida, esas cosas que no me dejaban dormir, que entraban y salían de mi cabeza descontroladamente han desaparecido.
Tras dos días desagradables, una vez más salgo y nuevamente comienzan a ocurrirme todas esas cosas de las que he hablado.. He tenido buenas noticias, nuevas ilusiones y tan rápido como vinieron los malos recuerdos, han desaparecido sin que nadie les haya echado.
En realidad no cambió nada, solamente cambió mi manera de ver el mundo, de sentir, de pensar.
Todo empieza y todo tiene un final, hay que pensar, que la tristeza también se va.
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